A continuación te mostramos los 5 errores que podemos cometer a la hora de cuidar nuestra piel.
Estamos consientes que la exfoliación es uno de los pasos más importantes en la rutina del cuidado de nuestra piel, pero esto no significa que debamos hacerlo diariamente.
Muchas veces, con la intención de borrar imperfecciones, eliminar el exceso de grasa, o simplemente por sentir la piel más limpia, podemos llegar a repetir la exfoliación diaria o con más de un producto. Esto no es nada recomendable, al exfoliarnos más seguido de lo que deberíamos dañamos más la piel de lo que la estamos ayudando, aún con nuestras mejores intenciones.
Algunas consecuencias que suceden al abusar de la exfoliación, son la hipersensibilidad de la piel, lesiones, irritaciones, resequedad, brotes de acné y envejecimiento prematuro. Todo eso que queremos evitar a toda costa con nuestra rutina de cuidado.
Es por eso que recomendamos exfoliarse una o dos veces por semana, antes o después de la limpieza y utilizando un solo producto.
Nuestro cuello está diariamente tan expuesto al sol y a la contaminación como nuestra cara y es evidente que debemos tener los mismos cuidados en ambas partes de nuestra piel.
Comúnmente tratamos nuestra cara con crema humectante, sueros y protector solar, y el exceso de producto lo arrastramos hacia abajo para abarcar parte del cuello. Aunque eso es mejor que nada, para tener un cuello suave e hidratado, así como protegido de los rayos solares, es indispensable tratar el área del cuello completa y abundantemente con los mismos productos que usamos en nuestra cara. Solo así obtendremos los resultados deseados.
Muchos de los productos para el cuidado de la piel contienen ácidos como el salicílico, láctico o glicólico, todos estos traen muchos beneficios y contribuyen bastante para el mantenimiento de una piel fuerte y sana.
El problema está en que a veces compramos un producto por recomendación de una amiga o de una asesora de ventas sin leer las indicaciones. Este tipo de sustancias deben de usarse con moderación y con cuidado, es difícil que uno de estos cause un daño irreversible pero si no los usamos de manera adecuada, probablemente pasemos por una situación alarmante.
Lo recomendable es leer las indicaciones y seguirlas al pie de la letra en cuanto a aplicación, cantidad de producto, periodicidad y casos en los cuales debe realizarse tal tratamiento.
Si alguna vez pensaste que tu producto nuevo te causó irritación porque “tu piel se estaba adaptando” tal vez la causa haya sido realmente el mal uso de algún ácido.
La principal razón del envejecimiento prematuro y de los daños en la piel es el exceso de exposición directa al los rayos UV, e incluso a la radiación de la luz artificial (focos, celulares, computadoras), para evitar esto todos sabemos que existen los protectores solares, pero ¿los usamos?. La mayoría respondería que no, otros tantos que sí y algunos solo en la playa o cuando hacen una actividad deportiva, la verdad es que la protección solar no es algo que se tenga que hacer periódicamente ni solo una vez al día.
Lo correcto es usar protección solar diaria con un factor de protección (fps) mínimo del 30 y aplicarlo por lo menos de 3 a 4 veces al día, dependiendo de la exposición solar o de radiaciones.
Es importante saber que hay que usar protector facial y corporal; hoy existen miles de opciones para todo tipo de piel, texturas y presentaciones de protectores así que no tienes que tener problemas para encontrar el que más te guste y el que mas se acomode a tu presupuesto.
El dermatólogo puede ser comparado con los psiquiatras, los que nunca han ido lo evitan y a los que les gusta ir quieren ir diario, lo mejor es saber cuando podemos ir y por cuales motivos.
El cuidado de la piel es algo necesario pero también es una actividad muy fácil, no es necesario acudir al doctor cada que brote una espinilla o una arruga, lo más importante es que tu doctor te diga qué tipo de piel tienes y cómo puedes darle el cuidado que necesita con una serie de pasos y productos y algún plan de contingencia por si llegase a suceder algo fuera de lo normal.
No es recomendable gastar miles en consultas y en medicamentos cada que vamos o cambiar de doctor cada que algo sale mal, así como no está recomendado auto medicarse para ahorrarse el tiempo y el dinero de la consulta.
Lo importante es que conozcas tu tipo de piel y que un experto te ayude a cuidarla, ir por lo menos 2 veces al año y estar en comunicación por cualquier duda que se necesite resolver.