Una de las preguntas más frecuentes que nos hacemos al empezar o cambiar nuestra rutina diaria del cuidado de nuestra piel es: ¿Cuáles son los pasos esenciales para que nuestra rutina realmente funcione?
Esta guía está hecha especialmente para eso, para tener un punto de partida para que puedas crear tu rutina diaria de cuidado de la piel. Dedicarle unos minutos al día puede lograr cambios impresionantes a largo plazo, y tu piel te lo agradecerá. El orden en el que aplicas los productos define cómo tu piel los absorberá… y el efecto que tendrán (o no)
Es imprescindible que tu cara esté totalmente limpia antes de seguir con el resto del tratamiento.
Lo ideal es limpiar la piel dos veces al día: por la mañana (para quitar el exceso de sebo que se produce al dormir) y por la noche (para quitar las impurezas y los restos de maquillaje).
Si te maquillas, quítate el maquillaje con un limpiador sin sulfatos ni detergentes para evitar que deje tu piel con un efecto seco. Si no te maquillas, no te olvides de limpiar tu cara igualmente. La contaminación diaria deja impurezas en tu piel que puedes quitar con agua micelar.
Cuando tonificas tu piel, la preparas para absorber el resto de los productos del tratamiento de manera más eficaz. Un buen tónico hidrata y reequilibra el PH de tu piel, estimula sus mecanismos de defensa y reduce el tamaño de los poros. Su consistencia líquida también ayuda a que penetre rápidamente. Aplica el tónico con ayuda de un algodón y deja absorber.
El serum facial es una fórmula de activos en muy alta concentración y penetra en las capas más profundas de la piel. Hay serums para diferentes acciones: reparar, iluminar, hidratar, tratar las arrugas…
Este paso no es esencial para las pieles más jóvenes (aunque sí lo recomendamos para todas las edades) pero sí es muy potente en las pieles maduras.
Los hidratantes suelen ser los productos con textura algo más densa que el serum, porque están diseñados para absorberse más lentamente. Esto ayuda a sellar la hidratación y proteger tu piel.
Hidratar el rostro es el paso imprescindible en toda rutina de cuidado de la piel. Necesitamos de la humedad para mantener la elasticidad y el efecto barrera (impedir que la piel pierda agua y se deshidrate).
Usar protector solar es uno de los puntos más importantes, ya que aplicar protector solar a diario (vayas donde vayas) previene el daño solar al colágeno y los tejidos conectivos de la piel. Este daño que provoca el sol es el causante de la aparición de arrugas y la pérdida de elasticidad.
Ahora que ya sabes cuáles son los pasos para cuidar de tu piel, ¿qué esperas para empezar? y recuerda complementar estos cuidados con los tratamientos que en Dermos tenemos especialmente para ti.