Sin duda una de las grandes preocupaciones que nos suelen llegar de vez en cuando es el envejecimiento prematuro. Intentamos cuidarnos de la mejor manera pero aveces no sabemos si estamos haciendo todo lo necesario para no vernos más grandes de nuestra verdadera edad. A menos que queramos salir de fiesta con los amigos y aún no hayamos cumplido la mayoría de edad.
Podremos tener las mejores cremas de las marcas más caras, y vamos con regularidad a nuestros tratamientos en Dermos, pero definitivamente hay que tomar acción en todas las áreas posibles para ser verdaderamente exitosos. Para esto te traemos unos consejos para frenar el envejecimiento.
La vitamina A mejora la estructura y el aspecto de la piel, mucosas, cabello, uñas y vista. La vitamina C es necesaria para la síntesis de colágeno y rejuvenece el sistema inmunológico, facilita la cicatrización y la absorción del hierro. La vitamina E reduce el daño por radicales libres y mantiene la piel luminosa y elástica.
El zinc potencia la acción de la vitamina A, fortalece el cabello, la cicatrización y es protector hepático. El magnesio ayuda a estabilizar el calcio en los huesos y dientes, calma el sistema nervioso y reduce los calambres. El cobre aumenta la asimilación del hierro y de la vitamina C, reduce las líneas de expresión y minimiza las manchas de la piel. El hierro activa la oxigenación celular, la formación de colágeno, el sistema inmune y hace sinergia con las vitaminas del grupo B.
El omega 3 ralentiza el envejecimiento prematuro, activa la memoria, la concentración y la agudeza visual. Ayuda a reducir el colesterol y la tensión arterial.
Las frutas, verduras y legumbres aportan fibra y agua. Al incluirlas en tu dieta anti envejecimiento evitas el estreñimiento y potencias la eliminación de toxinas. Además, reducen los niveles de colesterol circulante evitando que se absorba en exceso y tienen un efecto protector sobre el cáncer de colon.
Son ricos en sulfuro que mejora la eliminación de toxinas y repara los cambios producidos en la piel por el paso del tiempo. Hidratan y aclaran el tono del cutis.
Hidratarse correctamente favorece la eliminación de toxinas, el tránsito intestinal y purifica la piel, dejándola jugosa y tersa y retrasando el envejecimiento prematuro.
Reduce el consumo de jarabe de maíz alto en fructosa, refrescos, zumos, bollería industrial y comidas procesadas. El exceso de azúcar en sangre activa la hormona insulina favoreciendo los procesos inflamatorios y el envejecimiento prematuro. También aumenta el almacenamiento de grasa corporal.
El tabaco destruye el colágeno y la vitamina A, acelerando el envejecimiento y las arrugas prematuras. El alcohol deshidrata y reduce la oxigenación de sangre y tejidos, por lo que tu piel pierde brillo, elasticidad y firmeza. Favorece que se pronuncien más las líneas de expresión y las arrugas.
El colágeno se produce mientras duermes, sobre todo en la primera fracción del sueño y siempre que sea un sueño de calidad, por lo que debemos dormir un mínimo de 7 horas.
Combinando todos estos consejos con nuestra actual rutina de cuidados y tratamientos, podemos en verdad frenar el envejecimiento prematuro y nunca aparentar ser mayores de lo que somos, al contrario, aparentaremos ser aún más jóvenes.