La depilación láser es un procedimiento estético donde se utiliza una luz pulsátil que destruye el folículo piloso, para eliminar los vellos de forma definitiva. Son necesarias varias sesiones para eliminar totalmente los vellos de la región a ser tratada y también ser constantes con el mantenimiento. El número de sesiones puede variar de una persona a otra, ya que hay regiones donde el vello es más grueso, por lo que un profesional deberá evaluar la situación.
En este tipo de depilación, se utiliza un aparato de láser que emite una longitud de onda que genera calor y que actúa en el lugar donde crece el vello, dañándolo, el resultado es la eliminación del vello. El láser actúa en el bulbo piloso y no el vello en sí.
Después de que es depilada cada zona, se recomienda el enfriamiento de la piel. Al final de cada sesión se recomienda la aplicación de una loción calmante en la piel que ha sido tratada. Alrededor de 15 días después del tratamiento, los vellos se caen, dando una falsa apariencia de crecimiento, pero éstos son fácilmente removidos en el baño con la exfoliación.
Durante el tratamiento es normal sentir un poco de incomodidad, como si se estuviera experimentando piquetes en la zona. Esto depende de qué tan delgada y sensible sea la piel de la persona. No se deben aplicar pomadas anestésicas antes del procedimiento, por lo que deben retirarse de forma obligatoria antes de los disparos del láser, ya que el dolor y la sensación de quemazón en la piel son parámetros importantes para identificar si hay que regular el aparato de láser.
Todas las personas saludables, que no tengan ninguna enfermedad crónica pueden realizarse la depilación láser.
Antes de realizar la depilación láser se debe tener algunos cuidados como:
Las personas que se aclaren los vellos del cuerpo pueden hacerse la depilación láser, porque el láser actúa directamente sobre la raíz del vello, la cual nunca cambia de color.
Después de la primera sesión de depilación con láser es normal que el lugar exacto del vello quede un poco más caliente y enrojecido, indicando la efectividad del tratamiento. Esa irritación de la piel desaparece después de algunas horas. Por eso, después de una sesión de tratamiento es necesario tener cuidados para evitar que quede manchada.
El número de sesiones varía de acuerdo al color de la piel, color y espesor del vello y del tamaño del área que será depilada.
En general, las personas con piel clara y vellos gruesos y oscuros necesitan menos sesiones que las personas con piel morena y vellos delgados, por ejemplo. Las sesiones pueden ser realizadas con un intervalo de 30 a 45 días y, cuando los vellos surjan, se aconseja la depilación con rastrillo o cremas de depilación, si no fuera posible esperar hasta el día del tratamiento con láser. EL uso de rastrillo o cremas de depilación se permiten ya que logran preservar la estructura del vello, sin comprometer el tratamiento.
Las sesiones de mantenimiento son necesarias porque pueden haber folículos inmaduros, que aún podrían desarrollarse después del tratamiento. Esto también varía de persona a persona, pero casi siempre sucede después de 8 a 12 meses.
Las contraindicaciones de la depilación láser incluyen:
Es importante que la depilación láser sea realizada por un profesional capacitado y en un ambiente adecuado, así que acércate a Dermos para obtener tu plan y deshacerte de ese vello no deseado.