El masaje facial es la rutina de belleza imprescindible para muchas personas que han conseguido esquivar el paso del tiempo sin cirugía, y hay muchas formas de hacerlo. Tan importantes como un buen tratamiento de belleza, los masajes faciales son una técnica básica para mejorar la firmeza de la piel y remodelar el óvalo facial. Entre sus muchas bondades, un masaje facial mejora el drenaje linfático y tonifica la piel, preparándola para asimilar mejor los principios activos que apliquemos después.
El masaje facial relaja y tonifica los músculos de la cara, mejora la circulación de la zona, reduce las líneas de expresión y alivia la tensión, lo que contribuye a un aspecto rejuvenecido y fresco. Al mismo tiempo, al estimular el sistema circulatorio el masaje consigue que los nutrientes y el oxígeno se transporten mejor por toda la piel.
Existen muchas formas y técnicas de masaje facial y lo ideal es acudir a un especialista para relajarse tranquilamente mientras un experto toca los puntos claves de nuestro rostro, pero también es posible hacerlos de forma casera. Uno de los masajes que se ha vuelto cada vez más popular es el masaje con rodillo.
Para funcione y la piel gane firmeza lo mejor es realizarlo antes de maquillarte o por la noche, después de limpiar bien la piel. Y, al menos hay que hacerlo de dos a tres veces por semana. Esta rutina tonifica la piel, remodela el óvalo facial, eleva los pómulos y las cejas. También en los tratamientos de limpieza facial, puedes disfrutar de los beneficios de los masajes.